viernes, 11 de enero de 2019

Artículo final sobre la educación literaria en Educación Primaria


1- Introducción

A lo largo de la asignatura “Literatura española, literatura infantil y educación literaria” he ido aprendiendo cosas nuevas, además de profundizar y matizar conceptos e ideas previos. La asignatura está estructurada en cinco bloques, en los que de una forma teórica se presentan nociones relativas a diferentes aspectos de la literatura, así como estrategias para su aplicación en el aula de EP, y se plantean diferentes ejercicios para aplicar estos conocimientos teóricos y estrategias en actividades concretas para cada bloque.

A continuación señalaré las ideas principales, las aportaciones que han tenido las actividades de cara a mi futuro profesional, las buenas y malas experiencias que conozco relacionadas con la enseñanza de la literatura en EP, y cómo pondré en práctica algún día todo lo aprendido de cada bloque.



2- Bloque 1: Literatura infantil. Análisis y selección

Este primer bloque se centra en el concepto de Literatura infantil. Antes de cursar esta asignatura mi definición de literatura infantil no era exactamente la misma que manejo ahora, ya que simplemente la hubiese definido como aquellos textos dirigidos para niños, generalmente de menor calidad literaria que la de los adultos, y que tenían por objeto un aprendizaje. Si hubiese hecho el esfuerzo de recordar los libros que yo leía de pequeña, probablemente habría matizado esta definición, ya que no todos contenían un aprendizaje más o menos explícito, y muchos de los libros que marcaron mi infancia no tienen una calidad literaria menor. Además, creo que habría incluido en esta categoría textos que ahora sé que pertenecen a otras, como los cuentos folclóricos o las fábulas. 

Sin embargo, ahora soy consciente de que la literatura infantil no es un género menor de la literatura, es simplemente un género distinto a otros por la particularidad de sus receptores: los niños. Como cualquier texto literario, debe cumplir ciertas características: Su primer objetivo ha de ser el artístico; Predomina la función poética y el carácter simbólico del lenguaje (tropos y figuras literarias); Pertenece a uno de los tres géneros literarios (narrativa, poesía y texto teatral); Y ha de ser un texto de ficción (Labajo, s.f.: 4).

Ciertamente, hasta mediados del siglo XX, han existido textos dirigidos a los niños pero su carácter moralizante o didáctico los situaba en la paraliteratura infantil, no en la literatura, ya que no cumplían con las características propias de cualquier texto literario. Con el cambio de concepto de infancia que surgió en esta época, apareció una literatura propia para los niños: la literatura infantil. Ésta proporciona a estos receptores lo mismo que la literatura para adultos ofrece a los mayores: Experiencia artística, identificación afectiva con los personajes, y transportarnos a otras realidades. Aunque ciertamente la literatura pueda hacernos reflexionar o incluso descubrir cosas acerca de nosotros mismos o nuestro entorno, éste no es el objetivo de la literatura, ya sea la dirigida a los niños o a los adultos.

Una vez establecido qué es la literatura infantil, en este primer bloque se planteaba como ejercicio analizar y seleccionar una obra de literatura infantil para un curso concreto. En mi caso seleccioné y analicé un libro que conocía debido a mi trabajo como assistant en un colegio británico de Madrid. Si bien es un libro que desde el principio entendí que se correspondía con la definición de texto literario infantil, la lectura paraliteraria del mismo que presencie me llevó a cuestionarme si podría realizar este ejercicio con esta obra. Sin embargo, el análisis en profundidad de la obra y su adecuación a una clase de 1º de EP me convencieron de que el libro en cuestión era perfecto para el ejercicio propuesto para este bloque.

Fue precisamente la realización del ejercicio la que me mostró de una forma más práctica cómo tendría que seleccionar y presentar una obra literaria infantil en mi clase el día que sea la profesora de literatura de EP. A través de esta actividad me di cuenta de que el peligro de caer en una lectura paraliteraria de una obra es muy real, ya que como adultos (y supongo que más aún como profesores) nos sale de forma muy natural imponer nuestra visión del texto, lo que nosotros hemos entendido de él, en vez de permitir a los niños que sean ellos los que nos cuenten lo que ellos perciben. 

Gracias a este ejercicio creo que en un futuro estaré alerta respecto a este peligro, y gracias a lo aprendido en este bloque creo que seré capaz de seleccionar obras literarias infantiles adecuadas para mis alumnos (y para cualquier niño o niña a quien quiera acercar la literatura). La importancia que tiene que sean adecuadas para ellos es determinante, ya que sólo así podrán conectar con la obra, disfrutar plenamente de la experiencia, y sentirse atraídos por este tipo de expresión artística. 
 

3- Bloque 2: Textos folclóricos. Selección y adaptación 

El segundo bloque está dedicado a otro tipo de literatura: La folclórica. Estos textos se caracterizan por tener como funciones primordiales el fomentar la imaginación y la conexión con nuestro entorno cultural, así como su potencial uso como herramienta de animación a la lectura. Este tipo de literatura transmite conocimientos, tradiciones y maneras de ser y de pensar que son propias de cada entorno cultural (Labajo, s. f.: 33), por lo que su uso en el aula fomenta la conexión entre el niño y su entorno, haciéndole partícipe del mismo.

Es muy importante señalar que este tipo de literatura, a pesar de cumplir con las características propias de cualquier obra literaria, se caracteriza por dos propiedades particulares: su plasticidad y su oralidad. En primer lugar, estos textos no fueron pensados para ser escritos, por lo que cada emisor del mensaje puede adaptar aspectos de la historia (vocabulario, partes de la trama, etc.) de acuerdo a sus oyentes/receptores del mensaje. Por otro lado, estos textos no fueron pensados para ser leídos, sino contados y en ocasiones cantados, por lo que no deben ser usados para trabajar aspectos de la lectoescritura, sino para propiciar un acercamiento a la experiencia literaria. 

Además, los receptores de esta literatura no son sólo niños, sino el conjunto de la comunidad, por lo que en el caso de su uso en el aula, la relación dialógica establecida entre el narrador (profesora) y los oyentes (los alumnos) es indispensable. Así, como señala Labajo (s.f.: 33) conservar la oralidad de este tipo de literatura es imprescindible. 

Antes de haber estudiado este bloque no era consciente de la importancia de este tipo de literatura ni de sus especificidades. Personalmente ha sido todo un descubrimiento revalorizar este tipo de literatura y plantearme cómo llevarla al aula de forma adecuada, manteniendo sus particularidades. 
En mi experiencia como niña he de manifestar que la literatura folclórica me ha llegado casi siempre a través de libros (muchos de ellos de la infancia de mi madre), en ocasiones a través de las lecturas que hacían mis padres o profesores, y las menos a través de grabaciones. Todas estas versiones se caracterizaban por ser versiones fijadas, y por carecer de cualquier tipo de relación dialógica con un narrador, por lo que considero que no me fue transmitida correctamente. 

Como docente, la verdad es que he presenciado o tomado parte en pocas narraciones de textos folclóricos, y cuando ha sido así de nuevo eran versiones fijadas y sin diálogo. Sin embargo, gracias a la actividad propuesta para este bloque (selección, análisis y adecuación de tres textos folclóricos a un curso concreto de EP), creo que ahora estaría preparada para presentar este tipo de literatura en mi clase de una forma adecuada: a través de la plasticidad y oralidad que le son propias, y utilizándola como herramienta para acercar a mis alumnos a la experiencia literaria y a ayudarles a conectar con su entorno cultural. 


4- Bloque 3: Literatura española y educación literaria

En este bloque comenzamos por hacer un breve repaso de la literatura española, sus obras y autores más prominentes. A pesar de no ser objeto de aprendizaje en EP, la literatura española puede ser utilizada de una forma muy potente para cimentar las bases de la educación literaria de los alumnos de Primaria (Labajo, s.f.: 37). 

Los textos literarios se caracterizan por ser un acto social, cuyo principio y fin es la comunicación, cuyos elementos básicos son los de cualquier acto comunicativo (emisor, receptor, mensaje, código, canal y referente), y cuya particularidad es que se proyecta en dos contextos diferentes (emisor y mensaje, mensaje y todos los receptores) (Labajo, s.f.: 40). En este sentido, el auténtico protagonista de este acto comunicativo llamado literatura es el receptor/lector, ya que cada uno de ellos le da un significado al mensaje, independientemente de lo que quisiese comunicar el emisor/autor. 

Por eso, a pesar de no estar incluida en el currículo de EP, la literatura española puede ser utilizada como una herramienta para acercar a nuestros alumnos a textos clásicos, y enseñarles que su interpretación de estos textos es tan válida como la nuestra (adultos, docentes). Además, al empoderar de esta forma a nuestros alumnos, conseguimos que se familiaricen con autores y obras clásicas de nuestra literatura. 

Para trabajar estas ideas, la tarea propuesta para este bloque fue doble: Primero, programar en grupo un monográfico semanal sobre un texto o autor de la literatura clásica española como si fuésemos parte del claustro de un colegio ficticio; Segundo, de forma individual había que seleccionar un curso concreto de EP para programar sus actividades, planteando los objetivos pretendidos con cada de ellas. 

Antes de cursar este bloque simplemente habría descartado el uso de la literatura española en un aula de EP, ya que hubiese considerado que los textos son demasiado complicados para estos alumnos. Mi experiencia como alumna con este tipo de literatura clásica no fue muy buena, ya que mi acercamiento a ella fue, o bien a través de textos adaptados (perdiendo muchos de los elementos que la hacen parte del canon literario, lo que desvirtúa este acercamiento), o bien a través de lecturas obligatorias del texto original (sin ningún tipo de selección, contextualización o actividad lúdica asociada al texto, lo que me llevó a alejarme de este tipo de textos). 

Sin embargo, tras haber realizado la programación de una semana literaria utilizando un autor (Miguel de Cervantes) y un texto (El Quijote) clásicos para un ciclo de EP y una clase de 1º de EP, creo que puede llevarse a cabo. Una vez puesta en práctica (aunque en realidad sea de forma teórica) esta programación, y al haber tenido en cuenta la adecuación de los textos a trabajar en clase y las actividades planteadas y los objetivos perseguidos con ellas, creo que cualquier texto literario puede ser utilizado como herramienta de acercamiento a la literatura, incluidos los que forman parte de la literatura clásica española. 

La actividad planteada en este bloque me ha demostrado que efectivamente, siempre que se tenga en cuenta quiénes van a ser los receptores y que su interpretación de los textos es válida, la literatura clásica española puede formar parte de las acciones para acercar a nuestros alumnos al mundo literario. Además, de esta forma los alumnos de EP no sólo conectarán con la literatura como arte, sino que conocerán a estos autores y obras desde una edad temprana, por lo que cuando los estudien en Secundaria no sentirán distancia o rechazo, sino que les serán familiares y se sentirán cómodos. 

Como futura docente, sin duda estaré encantada de tomar parte en acciones de este tipo, y si no existen en el colegio donde trabaje las promocionaré. El potencial que un monográfico semanal centrado en un autor u obra literaria clásica española tiene como generador de nuevos lectores de este tipo de literatura me parece muy relevante. Igualmente, permitir que nuestros alumnos se acerquen a estos textos literarios de una forma lúdica, dejándoles que se apropien de ellos y les den nuevas formas, creo que es la clave para que en un futuro este tipo de literatura no les produzca rechazo. 


5- Bloque 4: Lectura literaria y animación lectora

Este bloque aborda una de las tareas más importantes de un buen profesor de literatura: animar a sus alumnos a leer. Esta tarea es extremadamente difícil, ya que depende de algo tan subjetivo como es el placer, pero a lo largo del bloque hemos aprendido distintas estrategias y planteamientos clave para poder plantear una animación a la lectura eficaz. Para ello, una buena animación a la lectura debe cumplir con unos objetivos enfocados en el lector: “una lectura que pueda comprender, que le haga gozar y que, además, le haga reflexionar” (Labajo, s.f.: 49), y debe plantear un acompañamiento dialógico a lo largo de todo el proceso (antes, durante y después de la lectura). 

La actividad a realizar en este bloque era la programación de una animación lectora de un libro concreto, para un curso concreto de EP, a lo largo de varias sesiones en las que se planteen actividades para antes, durante y después de la lectura. La realización de esta actividad me ha demostrado de una forma concreta cómo podría programar una animación a la lectura eficaz, siempre teniendo en cuenta los gustos e intereses de mis alumnos. 

Como alumna, la verdad es que no recuerdo haber tomado parte en nada parecido a una animación a la lectura como la planteada en este bloque. Lo más parecido que recuerdo es que una vez a la semana íbamos a la biblioteca del colegio y cada uno elegía un libro para leer, pero no recuerdo tener que dar cuenta de ellos, ni hacer fichas ni nada parecido… Supongo que eran otros tiempos, en los que nadie se preocupaba de que los alumnos encontrasen placer en la lectura, simplemente se preocupaban de que adquiriésemos las capacidades de lectoescritura propias de nuestra edad y punto. 

Actualmente he presenciado animaciones a la lectura, pero desde luego nada tan completo como lo que hemos trabajado en este bloque. Efectivamente todos los alumnos de una clase deben leer el mismo libro a lo largo de un periodo de tiempo concreto, y se plantean actividades relacionadas con la lectura con periodicidad semanal. Sin embargo, desconozco si la selección del texto responde a un análisis de la obra o simplemente a una recomendación de una editorial o colega (sospecho que en el caso que conozco más bien se mantuvo el texto que utilizaba la profesora anterior, cuyo criterio de selección me es desconocido). En cuanto a las actividades planteadas en el aula sólo puedo hablar de algunas sesiones que presencie, todas ellas de acompañamiento durante la lectura. Estas actividades se limitaban a ser fichas que los alumnos debían rellenar, para que la profesora tuviese constancia de si habían leído y comprendido el fragmento que había que leer para esa sesión. 

La ausencia de acompañamiento dialógico fue escandalosa para mí (ahora más aún), ya que la profesora era la que lideraba una comprensión única del texto. Más aún, en ningún caso se plantearon cuestiones como qué pensaban los alumnos que iba a pasar en el siguiente fragmento, o si les había sorprendido algo de la trama… En definitiva, la voz de los alumnos estaba coartada por la voz de la profesora, la interpretación de ésta era la única válida. Sinceramente, aún antes de haber cursado esta asignatura y de haber trabajado este bloque, mi valoración de esta actividad fue que no era una animación a la lectura, sino una lectura grupal obligatoria para la clase.  

Como futura docente creo que las animaciones a la lectura son una herramienta más a la hora de acercar a nuestros alumnos a la literatura, y una a través de la cual fomentamos la lectura silenciosa e individual, y fomentamos la idea de que cada interpretación es válida, que cada lector es el auténtico protagonista del proceso de lectura. Si establecemos unos buenos cimientos, podremos propiciar el amor por la literatura entre nuestros alumnos, por eso en mi futuro desarrollo profesional como profesora de literatura de EP trataré de elaborar y ejecutar un buen plan de animación a la lectura. Será uno en el que seleccione la obra teniendo en cuenta las necesidades y gustos de mis alumnos, así como en el que mis alumnos tengan voz y vean validadas sus interpretaciones del texto y sus opiniones respecto a él. Espero que un plan así fomente lo más posible que mis futuros alumnos se acerquen a la literatura y encuentren placer en ella. 
 

6- Bloque 5: Creación literaria

El último bloque de esta asignatura señala uno de los errores que más frecuentemente se da en las clases de literatura en EP: Confundir la creación literaria con el acto inconcreto de escribir una redacción. Partiendo de esta base, en este bloque hemos aprendido que debemos pedirles a nuestros lo que queremos de forma concreta (cuentos, narraciones, descripciones, argumentaciones, composiciones poéticas, etc.); que debemos proveerles de un ejemplo (adecuado a sus intereses y capacidades); que podemos utilizar distintas estrategias para ayudar a nuestros alumnos a crear sus obras literarias; y que la creación literaria es una actividad artística (y por tanto no puede ser evaluada ni calificada) (Labajo, s.f.: 55).

Como actividad a realizar para este bloque se nos pedía crear tres textos breves para niños (uno de cada género literario - prosa, verso, drama), que pudiesen servir de ejemplo a nuestros futuros alumnos, utilizar para ello alguna de las estrategias presentadas en la teoría, y convertir uno de estos textos en un libro para formar parte de una hipotética biblioteca de aula. 

Como alumna, se me pidió con frecuencia escribir redacciones sobre uno u otro tema, y no fue hasta la Educación Secundaria cuando me empezaron a pedir crear textos a través de términos técnicos y concretos. Supongo que más que como actos de creación literaria me pedían ese tipo de textos para comprobar si había entendido la teoría que me habían explicado previamente, por lo que no sé si cuentan como ejemplos en este caso. 

Como docente, he cometido este error tan frecuente de pedirles a mis alumnos que escriban una redacción, sin más especificación, sin aportarles un ejemplo de que quería, y he calificado sus creaciones, teniendo en cuenta aspectos como la ortografía, la gramática, etc. Igualmente, en mi trabajo he presenciado este tipo de peticiones por parte de la profesora. Sin embargo he de decir que también he presenciado peticiones concretas (quiero que escribáis vuestro cuento de lo que le pasa a vuestro protagonista), y se les han mostrado distintos ejemplos de lo que pide la profesora (adaptado a sus gustos y capacidades). Eso sí, estas creaciones han sido objeto de evaluación, teniendo en cuenta aspectos como la gramática o la ortografía, por lo que a pesar de acercarse mucho a lo planteado en este bloque, es una actividad que aún podría ser mejorada. 

La actividad planteada en este bloque ha sido en la que verdaderamente he pasado de la teoría a la práctica, ya que he podido llevar a cabo tres actos de auténtica creación literaria con tres niños diferentes, y después transformar un texto poético en un libro que algún día formará parte de la biblioteca de mi aula. Esta actividad es la que más me ha gustado de la asignatura, ya que he podido poner en práctica muchas de las cosas que he ido aprendiendo de forma teórica a lo largo de la asignatura, como la adecuación de los textos literarios a sus receptores, la importancia que tiene la forma de plantear los ejercicios para fomentar en los niños el amor por la literatura, y sobretodo saber transmitir a los niños que la literatura es un arte del que pueden ser parte.  


7- Bibliografía

LABAJO, M. T. (Sin fecha). Apuntes de Literatura española, literatura infantil y educación literaria. Disponible en: https://online.lasallecampus.es 


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